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La desnudez de toda una sociedad zombi

El escritor Mario Mendoza critica al sistema en su nueva novela 'La melancolía de los feos'.

22 de abril de 2016 Por: STEPHANY ECHAVARRÍA N.

Un cosmos en donde las violencias invisibles excluyen ‘al otro’ por no ajustarse al sistema, ese que impone modelos de belleza y éxito, es en el que estamos inmersos y es el que busca desenmascarar Mario Mendoza en su última novela: ‘La melancolía de los feos’.

“Yo vengo trabajando sobre la gente que está marginada, no necesariamente por temas sociales o económicos. Uno puede quedar marginado por una depresión. El sistema es muy agresivo y la peor violencia que nosotros sufrimos es la violencia transpolítica. Que es la violencia del sistema, la del establecimiento” le dijo a ADN el escritor, quien agregó que a los “que uno podría llamar la gente linda –los líderes, los bellos– no pasan del 3 por ciento de la población. El 97 por ciento que quedamos somos la muestra de todo el clasismo enfermizo colombiano, ahí es donde se ve el matoneo, el maltrato de género, el racismo exacerbado”.

‘La melancolía de los feos’ se centra en la historia de León Soler, un psiquiatra soltero y sin hijos que se acerca a los cuarenta atrapado en una rutina carente de brillo. Soler vive obsesionado con su profesión, hasta que una mañana recibe una extraña carta en su consultorio.

El contenido de esa y futuras correspondencias sacudirán al psiquiatra, lo llevarán a su niñez y lo moverán emocionalmente para tratar de encontrar a su viejo amigo, Alfonso Rivas, un hombre deforme, enano y jorobado que, sin saberlo, lo salvará del extravío en el que se encuentra inmerso.

Y es precisamente esa discriminación que llega hasta los límites del cuerpo la que busca desenmascarar el autor de novelas como 'Scorpio City' y 'Satanás'. “Es el colmo que ahora hay que tener hasta ciertas características físicas para ser admirado. El establecimiento está creando gente anoréxica, cadáveres ambulantes, jóvenes que intentan suicidarse antes de la mayoría de edad y tiene que ver con esas violencias invisibles que son muy dolorosas y desestabilizadoras”, dijo el autor quien considera que todas las personas se inmiscuyen en esta lógica por el temor de caer en la categoría “del perdedor”, “del don nadie”.

Es por esto, que a través de su libro y del arte en general el autor busca que la gente despierte y no caiga en esas lógicas.

“Nuestro mayor problema es reeducar a la gente, reeducar a 40 millones de colombianos que no se mezclan socialmente, porque ese es el origen de la violencia, uno siempre se relaciona en el mismo estrato o hacia arriba, somos segregacionistas sociales inconscientes. Uno no cruza la frontera norte-sur y va a comer a Bosa o a Usme y tiene a sus amigos en el estrato uno o dos. Lo más violento es una sociedad tan cruel, despiadada e indolente”, afirmó el autor.

En medio de una sociedad acelerada, en la que hay tiempo para todo menos para vivir Mendoza se enfrenta también a los vendedores del extremo positivismo y del liderazgo absoluto. “Me encantaría dar un curso de ‘anti coaching’ decirle a la gente usted no es nadie, no es nada; haga la fila como todo el mundo, respete a los demás, salude, no se crea tan importante”, comentó.
‘La melancolía de los feos’ es una historia que, a través de la reivindicación de las cartas de puño y letra, expone con crudeza nuestra realidad actual.

La novela de Mario Mendoza 'La melancolía de los feos'. Archivo particular

Bogotá, una ciudad donde sus habitantes quieren fugarse

Mario, un bogotano enamorado de su ciudad, y cuya obra ha demostrado su interés por representar a la capital a través de sus detalladas descripciones, tiene como “obsesión” elevar a Bogotá a la categoría de ciudad literaria. “Una de mis grandes obsesiones es que, algún día, la capital no sea una ciudad solamente del periodismo sino sea una ciudad de la literatura, una con la que la gente sueñe, fantasee e imagine”, aseguró Mendoza.

Sin embargo, es todo un reto en una ciudad que ha tenido que lidiar con alcaldes que la han llevado a un retroceso vertiginoso. “Bogotá no es una ciudad amable, es cada vez más violenta y agresiva, es una ciudad de la que todo el mundo sueña con fugarse, parecemos como metidos en una cárcel, como si en el patio de la prisión conversáramos, pasáramos nuestros días pero en el fondo todos tenemos un plan de fuga, y eso es profundamente triste”, comentó el autor.

La reivindicación de la melancolía

Mendoza explica que quiso hacer en su obra una reivindicación a ese estado de melancolía que, hasta el siglo XIX, fue “un estado privilegiado de los pensadores y artistas considerado un estado de lucidez que se logra a través de una catarsis sobre la finitud de la vida”.

No obstante, para el autor, desde entonces los médicos en general empezaron a confundir la melancolía con depresión, “la catalogaron como enfermedad y empezaron a meter a todo el mundo en los manicomios”, dice y agrega que es por eso que quiso volver a rescatar ese sentimiento.

“Lo hago a través de una fuerte crítica con el cuerpo, de un ser que se siente excluido, marginado, fuera de lugar (como lo es su personaje Alfonso Rivas). Yo creo que todo el que está fuera de lugar tiene un grado de lucidez que vale la pena rescatar”, aseguró.

Dos personajes disímiles y la crítica a los médicos

‘La melancolía de los feos’ expone a dos grandes personajes. Por un lado, está Alfonso Rivas el enano jorobado y deforme, y por el otro está el psiquiatra León Soler. Mario comentó que a Alfonso lo trabajó a partir de alguien muy cercano a él que conoció cuando vivió en la casa de la calle 42 que describe en la novela. “Leí mucho sobre el gótico para hacer la construcción del pequeño cuasimodo que está lejos de los hombres”, dijo.

En cuanto al papel del psiquiatra, el escritor lo creó como una crítica al establecimiento médico al que “aborrece con toda su alma”. “Ellos lo único que hacen es recetar de una manera vulgar, se especializan en órganos y no tienen ni idea de cómo se relaciona la mente con todo eso”, afirmó.

El deseo de abrir una carta por correspondencia

La línea narrativa que utiliza la novela es particular, ya que en medio de la historia del psiquiatra Soler, el lector se choca con la apertura, literal, de la carta que le envía Rivas a su amigo de infancia. Esta primera y larga carta abre varios interrogantes que generan el deseo de saber qué va a pasar y cuándo llegará una nueva carta.

Según Mendoza quiso reivindicar también el valor que traía consigo la correspondencia en tiempos pasados. “Abrir la carta era un universo increíble. Esa sensación yo creo que los jóvenes no la conocen, y peor aún han perdido el placer exquisito de estar pendientes del cartero. Ya nadie escribe cartas, porque ya no tienen ni quien les escriba, esos mensajes de texto son banales, apuntan a nada. Es por esto que quería volver a la sensación de la correspondencia, del mensaje, de la espera que es toda una mecánica del deseo”, insistió.

Presentación en la Feria del Libro

Mario presentará su libro este sábado a las 4:30 p.m. en el auditorio José Asunción Silva de Corferias. También firmará libros en el stand de Planeta. 

STEPHANY ECHAVARRÍA N.
REDACCIÓN BOGOTÁ
@echavarriaboy

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