17 de agosto de 2020 Por: STEPHANY ECHAVARRÍA N.
grau
Hablar de Enrique Grau es hablar de la revolución del arte colombiano. Con un evidente carácter expresionista y abstracto y, sobre todo, con su potencial para la composición figurativa, Grau abarcó multitud de intereses y campos que fueron desde la pintura, el dibujo y el muralismo hasta la escenografía teatral, pasando por la escultura.
En este 2020, se cumplen 100 años de su natalicio que se suma al de otros grandes del arte nacional como lo son Edgar Negret y Alejandro Obregón. Por eso, cada semana destacaremos el legado y visión de estos creativos que cien años después siguen siendo noticia.
Enrique Grau Araújo nació en Panamá debido a que su madre decidió, por las condiciones sanitarias de la época, tenerlo en el vecino país. Sin embargo, a los pocos días se trasladaron a Cartagena, donde vivió hasta que su familia migró a Nueva York.
Fue en esencia un autodidacta e inspirado por los grandes maestros hizo copias de El Greco, Rembrandt y Jean-Antoine Watteau, así como retratos de estrellas de cine y, especialmente, retratos de familiares y de las domésticas de su casa. Gracias a esas obras recibió la Mención Honorífica en el recién creado Salón Nacional de Artistas de Colombia que le valió una beca para estudiar en el exterior. Grau escogió Nueva York, donde ingresó al Art Students League, en ese entonces con muy buenos profesores refugiados de la segunda Guerra Mundial.
Para el año de 1956, Enrique viajó a Italia, donde aprendió técnicas de pintura en la Escuela de Bellas Artes de San Marco, Florencia, para luego retornar a Colombia.
Quizá en esas dos etapas se divide su amplio trabajo artístico del que se destacan obras como ‘La gran bañista’, ‘La Cayetana’, ‘Alacena’, ‘Las Galateas’, ‘Las Novias’ y ‘Sombrero de rosas’.
Sus primeras obras tuvieron un estilo cercano al impresionismo y tenían un destacado carácter figurativo. Sin embargo, tras su residencia en Florencia, sus cuadros adquirieron rasgos geometrizantes y abstractos que mostraban la influencia del cubismo de Pablo Picasso, como puede verse en varias obras al carboncillo, entre ellas ‘Bodegón con calavera’.
En 1957 obtuvo el primer premio de pintura en el X Salón de Artistas Colombianos; en obras como ‘Elegía para un mártir’ tuvieron cabida rasgos expresionistas inspirados en el estilo de Alejandro Obregón, con quien impulsó en los años 40 el Salón de los 26 de Bogotá.
Ya para inicios de los 60 su obra se concentra en lo realista y su interés por la figura humana y su entorno cobran más valor que se denota en su pasión por el volumen y las formas rotundas y concretas.
De igual manera, Grau se destacó por su increíble dominio del dibujo a lápiz, crayola, carboncillo, pastel y plumilla. Esto se denota en sus trazos sobre el vestuario, las modas y las actitudes de los personajes transformados por los disfraces, mientras que la tercera dimensión la exploró elaborando terracotas con los mismos temas de sus pinturas y, en los últimos años, esculturas en bronce salidas de sus telas.
En los últimos años se consagró también a la investigación de la flora y la fauna tropicales, plasmados ya en su serie ‘El pequeño viaje del barón Von Humboldt’, donde aparecen figuras como el sapo amazónico, las serpientes tropicales y los insectos que resultaron de su profunda observación.
Exposiciones y homenajes
Si quiere profundizar en los distintos momentos artísticos de Enrique Grau, estas son algunas opciones disponibles.
‘Grau 100 años de imagen viva’ se encuentra en la Sala de Exposiciones Cafam de Bogotá, pero se puede recorrer virtualmente por la cuenta de Facebook @teatro_cafam en la se podrán disfrutar de más de 30 piezas del maestro.
Por su parte, la Fundación Grau y Patrimonio Fílmico exhiben la colección de las María Mulatas originales en bronce, pintura, dibujo y escultura y presentan cuatro películas que hizo Grau entre los años 50 y 60.
Por su parte, el escultor colombiano Maquiamelo realizó esculturas en porcelana fundidas con oro para enaltecer el legado de varios artistas colombianos, entre los que se destaca Grau. Las obras se exhibirán en el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá, en el Museo de Arte Moderno de Barranquilla, en la Casa Museo Grau y en la ya nombrada sala de exposiciones de Cafam de Bogotá.
De igual manera, el libro conmemorativo “100 años de imagen viva, eternamente Grau”, retrata la parte más humana del maestro. Mientras que el destacado empresario Mario Hernández espera lanzar una colección de tres carteras y tres billeteras en conmemoración a las obras del maestro, así como se está a la espera de lanzamientos de ediciones especiales de chocolates, vajillas y esculturas colombianas inspiradas en obras del maestro Enrique Grau y que se podrán conseguir a precios asequibles.
Una casa artística muy vigente
esde hace 13 años funciona la Casa Grau en lo que era su casa, estudio y habitación. Este espacio ahora se dedica a ejercer una labor cultural permanente para mantener la vida y obra del maestro Enrique Grau. Además apoya a artistas jóvenes y hace distintos tipos de eventos como videoconciertos, charlas, conferencias y cursos que lo convierten en un centro cultural activo que permite conservar la memoria artística del país llevando el legado del maestro a distintos ciudades como Cali y Manizales, y en países como Perú, Uruguay y Cuba.
STEPHANY ECHAVARRÍA N.
@dulcitodemora
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