Demolición de una casa de 160 años genera polémica en Caldas - Noticias | Diario ADN
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Demolición de una casa de 160 años genera polémica en Caldas

En el predio se construirá un nuevo palacio municipal. Comunidad denuncia 'crimen' patriomonial.

23 de octubre de 2017 Por: JUAN DIEGO ORTIZ JIMÉNEZ

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CORTESÍA MIGUEL ÁNGEL

 Otra 'Estrategia del Caracol'. La historia de la casa consistorial (del latin 'consistorium', lugar de reunión) del municipio de Caldas, sur del valle de Aburrá, es similar a la 'Casa Uribe' en la película colombiana de Sergio Cabrera: la demolición de un inmueble genera la desavenencia en el vecindario.

El origen de la casa se remonta a la misma fundación del municipio. En 1840, Roque Mejía, un señor adinerado de Envigado y dueño de las vegas donde se asienta Caldas, invitó a tres familias envigadeñas a colonizar ese recodo del Aburrá. Entre ellas, llegaron los Ángel, los Vélez y los Correa. Uno de ellos era Juan Bautista Ángel, padre de Bonifacio Ángel, quien fue el que construyó la ahora famosa casa consistorial en 1850.

La residencia de los Ángel fue erigida con estilo colonial, con maderas traídas del alto de San Miguel y con hierro forjado. Miguel Ángel, bisnieto de Bonifacio, cuenta que en esa casa nació, en 1894, Juan J. Ángel, el primer gobernador liberal de Antioquia, nombrado por el presidente Alfonso López Pumarejo y quien, además, fue superintendente de ferrocarriles en el departamento. También transitó por sus corredores el poeta y dramaturgo antioqueño Ciro Mendía.

La familia Ángel le vendió el inmueble a la Alcaldía en 1940 y desde ese año fue la sede política y civil del municipio, donde funcionaron las oficinas de la Administración y el Concejo. Fue repotenciada varias veces hasta que pasó lo mismo que en la película de Sergio Cabrera: decidieron tumbarla.

La Junta del Área Metropolitana aprobó vigencias futuras por 22 mil millones de pesos para la construcción de una nueva sede de la Alcaldía de Caldas. Según Víctor Piedrahíta, subdirector de Planeación del Área, el proyecto se diseñó desde 2009, con seis pisos y una galería del escultor de la raza, Rodrigo Arenas Betancourt, en la primera planta. Además, se generaría espacio público tras integrarse con el parque principal; y tendría sistemas de recolección de aguas lluvia, y aprovechamiento de luz solar y ventilación natural.

Eugenio Prieto Soto, director del Área, explicó que la entidad acompaña el proceso de construcción en el lote que determine la Alcaldía. Tanto Prieto como Piedrahíta dijeron que la casa consistorial no estaba afectada con declaratorias patrimoniales. Prieto añadió que, además, un concepto estructural señaló que había riesgo de colapso y que los elementos estructurales no brindaban estabilidad.

"Tenía riesgo alto frente a un evento sísmico", acotó el director del Área. El alcalde de Caldas, Carlos Durán Franco, dijo, por su parte, que la edificación se encontraba en un "estado calamitoso" y que "como no había limitante legal y estaba en condición deplorable, decidimos construir allí una edificación digna, sin riesgo para los usuarios y con condiciones de accesibilidad para todos los habitantes del Suroeste que llegan a Caldas", acotó el alcalde.

Durán reiteró que no había ninguna declaratoria patrimonial que impidiera la demolición y la realización del nuevo edificio. "Entiendo que hay personas que pueden sentir nostalgia pero no hay ninguna división en el municipio, siempre debe primar el bien común", acotó. Pese a las razones técnicas de las autoridades, parte de la comunidad ha manifestado su rechazo a lo que consideran un 'crimen' patrimonial.

Alberto Escovar, director de Patrimonio del Ministerio de Cultura, confirmó que la casa consistorial no estaba considerada como un bien cultural de orden nacional. Explicó que se podría interponer alguna acción jurídica para reconstruirla, siempre y cuando tuviera alguna protección patrimonial.

Varios habitantes manifestaron su rechazo a la desaparición del histórico inmueble. Oscar Alexander Escobar dijo que faltó socialización por parte del Área y que se violaron los derechos de participación.

Dorian Fernández, vigía del patrimonio caldense, dijo que el proyecto está violando el Plan de Ordenamiento Territorial municipal porque en los entornos del parque principal solo se permiten cuatro pisos. “Ya que nos arrasaron el patrimonio, pedimos que se revisen los planos y se construya algo con estética”, opinó.

Por su parte, Hernán Darío Márquez, comerciante de la plaza de mercado, dijo que la demolición “innecesaria” ha traído consecuencias negativas por la disminución de las ventas.

Dayana Fernández dijo que tanto la Administración Municipal como el Área Metropolitana desestimaron el patrimonio arquitectónico local, lo que rompe el tejido social y la interacción de sus pobladores con el entorno, “más allá de construir un palacio bonito en pleno parque principal”.

Miguel Ángel dijo que dejaron perder “una joya colonial, pisoteando el patrimonio por el desarrollo”.
Aclaró que no se oponen a la construcción de un nuevo palacio municipal, pero “Caldas tiene muchos lotes dónde hacerlo sin tener que tumbar una casa que tiene 167 años”.

Al final de cuentas, entre una y otra posición, ya la morada de Bonifacio Ángel, fundador de Caldas y también del municipio de Venecia (Suroeste antioqueño), es olvido. Pero en este caso, a diferencia de la historia de la ‘Estrategia del Caracol’, esta casa ni siquiera quedó pintada.

JUAN DIEGO ORTIZ JIMÉNEZ
@JdiegoOrtiz
juaort@eltiempo.com

FOTO: CORTESÍA MIGUEL ÁNGEL

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